Ser bueno te hará dichoso, ser culto te hará libre. José Martí.

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martes, 27 de enero de 2015

¡Despierta!

¡Despierta!
En la noche hay un sol vigilante
y en el día una continua grabación del calor.
Mientras duermes
se instalan los micrófonos para oír la circulación de tu sangre.
La hora punta de lo que respiras.
No te tumbes en la arena del semáforo
o no pasarás al otro lado del código,
a las esferas sin voto,
a la huelga normalizada en las aceras.
Clava en una esquina
el diario de tus dientes,
las mayúsculas masticadas
para ser digeridas por las minúsculas.
Hay una nueva lluvia sobre la ciudad que no viaja en envoltorios húmedos.

sábado, 24 de enero de 2015

Mi lengua aleteaba rodeando tu clítoris

mi lengua aleteaba rodeando tu clítoris

y tu cadera se alzaba gemías

y mi voz penetraba en tu cuerpo

lamiéndote la destrucción del tiempo

y tus piernas se abrían y entraba mi boca

sed desnuda de huesos

sólo sentir sin existencia

mientras yo me movía arriba abajo

una vez

y otra vez

y al entornar los ojos el orgasmo moría en eco


y la respiración vaciaba el hambre de la noche



miércoles, 21 de enero de 2015

Navegué mis dedos sobre tus labios vaginales

y navegué mis dedos sobre tus labios vaginales
y mi voz se movía
y susurrabas tu cuerpo alzándolo
el silencio cavó su hondura cerberos después
ninguno de los dos dijo nada durante un mar
todo seguía igual que antes
y tus olvidos recogiste luego al abrir la puerta
y cuando me asomé a la ventana
el paréntesis como labios
continuaba entre tus ojos plantado
y se alejaban junto a ti


sábado, 10 de enero de 2015

dios ¡Je suis Charlie Hebdo!

dios (sí, en minúscula),
pensadlo bien
o sacad la calculadora:
la mayor bomba atómica arrojada sobre lo humano.
Nada ha matado más,
ni enfermedades ni guerras
ni el salvaje nazismo ni los terroristas
ni tan siquiera la muerte natural.
Que no me cuenten zarandajas

la tumba del asesino tiene nombre.

¡Je suis Charlie Hebdo!

lunes, 5 de enero de 2015

Olías a escalones de madera bajo la lluvia

olías a escalones de madera bajo la lluvia

a silencio de charco

olías a mirada y a poema de café

olías a gemidos y jadeos

pero yo sólo te escuchaba

te envolvía en mis dedos

y olí tus piernas abiertas tus manos

navegando en mi pelo

y olí todo tu espacio

pero yo sólo atendía a tu lengua remando en mi piel

y oliste las estanterías de mis ojos

y cada libro de mi voz

oliste mis lapiceros escribiendo en la bañera tu cuerpo

mientras la esponja escuchaba el perfume


de la ausencia

domingo, 4 de enero de 2015

A Brian May

Se irán las golondrinas de Bécquer a quemar

todo el cielo de azul

y los besos del alba, confundidos,

se escaparán por miles entre las calles nómadas

del repetir.



El "divino tesoro" de Rubén

buscará una estrella rock

para tener un dios que sea más defectuoso

y pinte el cielo quemado de azul

de éxtasis neroniano.



Y el poema quedará:

estribillo, sin ganas, perfumado

de belleza, vacío.

Mientras un guitarrista de rizos indomables


tendrá Bécquer, tendrá Darío en su púa de melancolía.