Ser bueno te hará dichoso, ser culto te hará libre. José Martí.

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miércoles, 19 de marzo de 2014

Hoy gratis En busca de la magdalena de Marcel Proust


Hoy es el día del padre y para celebrarlo, ya que soy padre de dos hijos y padre también de cinco libros, regalo hoy uno de mis ebooks. Porque ser padre es también una búsqueda interior de ese niño que fuimos y queremos volver a ser, solo así estaremos cerca de nuestros hijos.


http://www.amazon.es/En-busca-Magdalena-Marcel-Proust-ebook/dp/B00FMUBSZ4/ref=sr_1_1?ie=UTF8&qid=1395227060&sr=8-1&keywords=en+busca+de+la+magdalena+de+marcel+proust




martes, 11 de marzo de 2014

Un recorrido por Manhattan

Capítulo primero. Ana y Javier viajaron a Nueva York en el otoño de 2008 durante el apacible periodo del Indian Summer. Para ellos, Nueva York era la ciudad de Woody Allen… formal, demasiado formal. Hay que ser más crítico… Los intrépidos viajeros Ana y Javier viajaron a la corrompida ciudad de los rascacielos, la ciudad corrupta del Padrino y la mafia, la comida basura, el ruido del tráfico, la contaminación… suena a sermón típico y tópico. Es decir, quiero que guste a los neoyorkinos. Comencemos de nuevo… La ciudad que nunca duerme esperaba a Ana y Javier, se habían propuesto conocer a su admirado Woody Allen, y conocían incluso la dirección de su casa y sus costumbres… patético, suena a película de psicópatas. ¡No somos asesinos! En fin, reconozcámoslo ¡quiero vender libros!... Ana y Javier, enamorados, viajaron al escenario natural de las maravillosas películas de Woody Allen. Un lugar ideal para amarse, hacer el amor… ¡sí! Esto me gusta… y pasear al son del jazz en la ciudad que ellos siempre veían en blanco y negro.

sábado, 8 de marzo de 2014

Un recorrido por Manhattan

     Cinco minutos con Woody Allen es un libro diario de viaje escrito a dos voces donde los dos protagonistas siguen la romántica pista de las películas rodadas en Nueva York, principalmente las dirigidas por Woody Allen. Algunas son buscadas conciezudamente, pero otras surgen de manera espontánea según recorren sus calles tatuadas de celuloide. El libro pretende ser una ayuda distinta de las guías típicas de viaje, ya que busca y encuentra localizaciones exactas de muchas películas y series, para lo cual se ha añadido un Anexo de localización de films, pero también es la opinión de dos personas sobre todo lo que les sucede y piensan. Capítulo especial merece la visita al Hotel Carlyle un lunes de actuación de Woody Allen, donde por tan solo unos pocos minutos pueden verle y compartir el mismo escenario de su película vital. El libro se enriquece al ser dos puntos de vista distintos sobre todo lo que ven, oyen y sienten. Por último, señalar que el viaje se produjo en septiembre de 2008, al poco de la histórica caída del banco Lehman Brothers, que arrastró la economía mundial a una de las crisis más profundas y largas de la historia del capitalismo. Un viaje es la esencia del tiempo convertido en suave licor.




martes, 4 de marzo de 2014

¿A alguien le importan los Óscars?

Año tras año asistimos a la misma ceremonia de entrega de premios. Los vencedores, cual olimpiada, se llevan una estatuilla para decorar el salón y las estanterías de unos currículums que les permitirán un sello distintivo de por vida. Da igual que la película con el tiempo sea denostada u olvidada, ¡recibió un Óscar! Sin embargo, el arte trata de competir como en el deporte porque quizás a principios del siglo XX, con el renacer de las modernas olimpiadas y la importancia que adquirían los vencedores, que lucían medallas de oro, plata y bronce y, sobre todo, llenaban las portadas de los periódicos con sus proezas. Pero ¿tiene verdadero sentido premiar como "lo mejor" algo que es tan subjetivo y personal como una obra de arte? Porque el cine es ante todo Arte. También es entretenimiento y denuncia, y por supuesto que es un negocio, y eso hace que su vertiente comercial sea la propulsora de una entrega de premios famosos porque si no ¿iría alguien a ver determinadas películas? Y lo peor es que otros han tomado como modelo esa competitividad y se premia del mismo modo a la música, novelas, etc. El arte, el cine en este caso, debería estar ya maduro para tener su propio baremo de medir y promocionar sus obras, y no entregarse a unas fastuosas galas aburridas y pintorescas que espero que cada vez interesen menos. Además, de todos es conocido que no siempre premian a las películas de más calidad sino a las que mejor saben promocionarse. Existen empresas de representación dedicadas casi única y exclusivamente a conseguir que sus clientes alcancen tales premios, sin olvidar la labor de los estudios y productoras. El cine es una experiencia de disfrute personal y colectivo que tiene una innegable influencia en nuestras vidas. A esa no se le da premios para las portadas de los periódicos y revistas. Mis premios se llaman Pablo y Pedro, mis hijos, y una mujer maravillosa, Ana.