He aquí mi primer libro



La noche tiene
la edad incomprensible
de un viejo poema.

El abrigo de Proust escrito por Lorenza Foschini está basado en la verdadera historia de un coleccionista de antigüedades, Jacques Guérin, enamorado de la obra de Marcel Proust, que se dedicó a conseguir todo lo que pudo de las pertenencias y manuscritos originales de su amado escritor, cuando la familia de Proust se disponía, a la muerte de Robert, hermano de Marcel, desembarazarse de sus objetos. De esta manera, hoy en día, podemos visitar el museo Carnavalet en París y ver la cama y muebles originales donde el escritor escribió su afamada obra En busca del tiempo perdido. El colofón de la colección de Guérin fue el abrigo que Marcel Proust siempre usaba y con el que sale en algunas fotos. Este abrigo no está expuesto como los demás objetos y se conserva en los fondos del museo adonde fueron donados por el coleccionista. El libro sigue los pasos de este hombre que se propuso conservar todo lo que pudiera y la descripción de dichas peripecias, que casi parece una novela, resultan apasionantes para los que aman la obra del inmortal francés. Libro para proustianos e imprescindible para conocer un poco más de la historia de lo que pasó después a la muerte de Proust.

El laberinto del dédalo

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olías a escalones de madera bajo la lluvia

a silencio de charco

olías a mirada y a poema de café

olías a gemidos y jadeos

pero yo sólo te escuchaba

te envolvía en mis dedos

y olí tus piernas abiertas tus manos

navegando en mi pelo

y olí todo tu espacio

pero yo sólo atendía a tu lengua remando en mi piel

y oliste las estanterías de mis ojos

y cada libro de mi voz

oliste mis lapiceros escribiendo en la bañera tu cuerpo

mientras la esponja escuchaba el perfume

de la ausencia

Fernando Yepes es un cantante romántico que te sorprenderá por la intensidad de su voz y su entrega pasional en sus composiciones, canciones escritas desde la experiencia y la sinceridad. Desde este humilde blog queremos aportar nuestro grano de arena para la nominación a mejor solista pop masculino que se celebrará en Houston. Conozco a Fernando desde que éramos muy niños y jugábamos en el barrio donde vivíamos. Siempre he seguido con interés su carrera y cuando viajó a México le visité en un par de ocasiones y comprobé por mí mismo el enorme éxito que arrastraba por la fuerza de su personalidad. Por cierto, próximamente publicaré en Amazon el diario que escribí durante mi viaje al DF de manera novelada con todas las experiencias que viví junto a Fernando Yepes y sus conciertos. Su ya dilatada experiencia le convierte en un valor seguro allá donde vaya. Muy pronto le veremos de nuevo triunfando con el disco que prepara y que seguro triunfará. Imprescindible.

La magdalena de Proust

Hoy hemos asistido a un curso de cocina en la Magdalena de Proust, una deliciosa tienda ecológica en Chueca, donde realizan unos cursos de comida natural muy interesantes. En esta ocasión trataba sobre comida del próximo oriente y nuestra profesora era Eva Cosials, que lleva el restaurante El vegetariano. El curso fue muy ameno, la profesora magnifica cocinera que nos preparó unos platos y postres para chuparnos los dedos, y una forma diferente de asistir a una comida, ya que además de comer viendo lo que te cocinan, te enseñan a hacerlo y participas en la elaboración, acompañado de buenos vinos y muy buen trato. Recomendable para todos aquellos que quieran aprender técnicas de cocinar sencilla y sabrosa. En la tienda, además, encontrarás los productos ecológicos que quepan en tu imaginación. La obra de Marcel Proust, con la importante relación que en su obra magna En busca del tiempo perdido tiene la comida, sigue dando inspiración, en esta ocasión, en busca de los sabores perdidos.

Blue Jasmin

Woody Allen ha querido tocar la crisis actual retratando a dos hermanas muy diferentes con mala suerte, pero ambas dependientes de sus parejas, sobre todo la hermana interpretada por Cate Blanchet, lo mejor de la película su interpretación, porque esta mezcla de drama y humor cínico no termina de llevarnos a ningún sitio, los personajes acaban en el mismo punto donde empiezan, no evolucionan, como si no tuvieran remedio y solo pudieran empeorar. Al menos una de las hermanas, la de San Francisco, consigue enmendar los errores a los que le lleva la hermana neoyorkina que solo consigue elevarse sobre la miseria a la que le lleva la crisis, por dejar en su anterior marido las finanzas de la familia, buscando otro marido de buena situación. Pero lo estropea todo al no ser sincera sobre su vida y querer tapar lo que considera oscuro de su pasado. En realidad estamos ante una película aburrida donde todo está demasiado claro, lo que quiere decir Woody está tan masticado y trillado que solo la gran interpretación de la protagonista nos da un poco de alivio y respiro, pero no es suficiente. No es la peor película de su carrera, el film se deja ver al menos una vez, pero estamos muy lejos de sus mejores películas. No obstante, Woody Allen siempre será un buen vino de la mejor cosecha.

En busca de la magdalena de Marcel Proust

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En esta obra de teatro nada es cierto y todo es verdad. Marcel Proust, el escritor que escribió En busca del tiempo perdido, una de las novelas más importantes de todos los tiempos, tuvo desde muy joven la idea de escribir esta obra, pero por dos veces lo intentó y dos veces lo abandonó, hasta que a la tercera fue la vencida después de encontrar la magdalena que daría inicio a una serie de recuerdos que creía olvidados. Por la obra de teatro circulan algunos de los personajes más importantes de su vida, desde su sirvienta Celeste, que tanto le cuidaría, pasando por Marie Nordlinger, con quien tradujo al francés dos obras de inglés John Ruskin y con quien tal vez estuvo tentado de casarse. Otros personajes importantes son Reynaldo, primo de Marie, y que fue el mejor amigo del escritor y uno de sus primeros amantes en secreto, tal y como la homosexualidad requería en aquella época de cambio de siglo. También Alfred Agostinelli, quizás su último gran amor, que moriría en un accidente y que daría lugar a una parte del personaje de su obra magna, Albertine, que desarrollaría en los libros, La fugitiva y Albertine desaparecida. Marcel Proust pasó los últimos años de su vida encerrado en su habitación, durmiendo de día y escribiendo de noche, sin parar de escribir y corregir las diferentes partes de su obra, que todavía en vida le otorgaría celebridad, sobre todo a raíz del premio Goncourt por A la sombra de las muchachas en flor. Le dio tiempo a escribir la palabra fin de su larga novela, pero no de hacer correcciones que tanto engrosaban cada volumen. No obstante, lo escrito es una parte fundamental de la literatura francesa del siglo XX, y que sigue dando tanto que hablar, como este año que se cumplen 100 años del comienzo de su publicación.