La jornada de Champions de esta semana ha demostrado que la Experiencia Extra de equipos veteranos en las lides de eliminatorias de Champions se vuelve trascendental a la hora de enfrentar los partidos. El Real Madrid partía con ventaja a su llegada a París, pero el PSG, pese a la baja de Neymar, se había conjurado para remontar. A la hora de la verdad no supieron afrontar el encuentro ni embotellar al rival, que aprovechó los huecos para marcar y hacer imposible la hazaña. El Real Madrid es un claro ejemplo de Experiencia Extra. No solo es que sus jugadores estén curtidos después de haber ganado varias champions, las dos últimas seguidas, si no que el propio club emana esa Experiencia y Exigencia Extra que dota a sus componentes de un añadido de saber estar que les aporta seguridad y confianza. La dirección técnica de este tipo de clubs busca futbolistas permeables a la alta exigencia y que sepan soportar la enorme presión que sobre ellos recae. No solo tienen que ser buenos técnicamente, además, han de estar a la altura que el club exige. Por supuesto se equivocan a veces, pero los jugadores que aguantan temporada tras temporada se embuyen de esa Experiencia Extra, histórica del club, y cuando llegan estos partidos tan trascendentales ese algo está ahí, y el rival que quiera superarles tiene también que superar esto. El PSG cuenta con una plantilla extraordinaria, llena de jugadores con experiencia y ganadores de múltiples títulos. Pero el club, fuera de los títulos dentro de sus fronteras, no tiene esa Experiencia Extra y se acaba convirtiendo en un lastre en situaciones complicadas.
El Tottenham había conseguido empatar a dos contra la Juventus en su campo, otro de esos clubs curtidos de Experiencia Extra. Parecía que manteniendo su puerta a cero, o mejor metiendo algún gol, conseguirían pasar de ronda. Pero no supieron dormir el partido cuando ganaban uno a cero. No fueron capaces de controlar el encuentro cuando les empataron a uno. Y al final la Experiencia Extra de la Juventus se impuso en un duelo que, pese a que Harry Kane casi empata en el último minuto con un cabezazo al palo, los ingleses tenían que haber sabido cómo llevárselo.
La Experiencia Extra de ambos clubs, el italiano y el español, les llevó la temporada pasada a la gran final. Pero uno de ellos acuña la expresión de que las finales no las juega, las gana. Y se lo creen. Mientras que los de Turín llevan varias finales perdidas en los últimos años y casi creen en el gafe. La Experiencia Extra es determinante en condiciones igualadas. Y no depende de los jugadores, sino lo que el club es capaz de transmitir a su plantilla.
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