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martes, 30 de septiembre de 2014

El problema de Felipe VI es Rajoy

EL PROBLEMA DE FELIPE VI ES RAJOY

El nuevo rey ha heredado un problema parecido al que tuvo su padre. Aunque las circunstancias y hechos son muy diferentes, en algunos aspectos no lo son tanto. Juan Carlos alcanzó la corona en medio de una crisis económica que en España, por el proteccionismo que Franco impuso, se cebó de una manera alarmante. Por otro lado, su deber era reformar el rígido sistema anterior y traer las formas democráticas que imperaban en Europa Occidental. Sin embargo, el primer presidente que tuvo, casi forzado, Arias Navarro, solo caminaba al aperturismo de manera aparente. En realidad, su objetivo era que nada cambiara.
Juan Carlos tuvo que ganarse la corona. Los capítulos de la transición política, la libertad de partidos, la Constitución sometida a referendum, las elecciones democráticas y el falso golpe de estado del 23f, fueron los pasos que le fortalecieron ante la sociedad española. En cierta ocasión, durante la dictadura, Juan Carlos se atrevió a pedirle a Franco una apertura democrática. Éste le contestó que él era Caudillo porque había ganado una guerra. Si ganaba esa guerra por él. ¿Qué le quedaría?
Del mismo modo, Felipe VI no puede conformarse con los “éxitos” de su padre. La Constitución necesita una profunda reforma que la actualice en diversos puntos que han quedado anticuados o son de una expresión tan difusa que necesitan una aclaración. Y dicha puesta al día tiene que ser sometida a Referendum. Por el contrario, y como le sucedió a Juan Carlos, Felipe tiene a un presidente, legitimado por una mayoría absoluta, pero que no desea cambiar la Constitución excepto el apartado del anclaje de Cataluña para que dejen de pedir la independencia. Dicha postura no deja de ser muestra de una pequeña estatura política y de una gran miopía con respecto a lo que la sociedad española reclama.

Felipe VI, si quiere continuar como rey, debería ser el principal impulsor de la reforma constitucional. Y solo si es votada por una mayoría tendrá cabida la monarquía dentro de España. Los jóvenes líderes políticos como Pablo Iglesias, Alberto Garzón o Pedro Sánchez vienen con impulsos renovadores, como ocurrió en la transición de los años setenta. Por eso Felipe VI tiene un problema. La vieja guardia del PP vive anclada al pasado. No solo se necesitan palabras para cambiar, hay que cambiar.